El desafío de las neurociencias y el derecho

Un último experimento científico de dos brasileroslogró enviar órdenes mediante transmisión cerebral a un grupo de ratones. El resultado satisfactorio viene a plantear el futuro que pueden tener en nuestro mundo las neurociencias. El Derecho, en tanto regulador, debe plantear las bases para preparar la guerra contra la dominación. La posibilidad de que la dominación no sea intersubjetiva sino material es uno de los grandes problemas que deberemos enfrentar en un futuro cercano. El estudio del cerebro y sus mecanismos, la relación de este con lo inconsciente, los límites de lo pensable, nos guiarán en el estudio de diversas formas de desarrollo y progreso social. Sólo con un actuar responsable y, ante todo, humano y afectivo, se lograrán los efectos deseados. Entender que el Alma, a semejanza de Blake, tiene como brazos de entrada a los sentidos y la corporeidad, nos ayudará a concebir el amor como lo cotidiano, lo biológico, lo simple, lo simétrico. El motor inmóvil y la causa primera dejarán de ser las preguntas importantes en nuestra metafísica interna. La teoría del amor, tan dejada de lado por lo eróticamente vulgar del capitalismo, puede resurgir desde teorías científicas. El descubrimiento de la posibilidad de que los genes de nuestros antecesores cambien positivamente (dando lugar a genes mas sanos), representa el ejemplo palpable de esto. La conclusión de todo esto es la necesidad de la regulación de los poderes científicos al servicio de otros poderes aún peores.