Paguen sus culpas

Si bien la mayoría de las londinenses tenía la intención genuina de poder ayudar a los niñós de burkina fasso, la sensación del domingo en la noche, antes de subirme la frazada, fue tajante: los europeos y sus imperios estaban pagando por el saqueo a los arficanos y sus riquezas. No les creía mucho. Estuvieron durante años ocupando áfrica y matando a su gente. No hay duda alguna. Esto es un tema propio de la responsabilidad civil. En este tema, el principio rector está determinado por la reparación del daño. Si bien es difícil aspirar a que el delincuente civil, el cuasihomicida, se ubique entre rejas, nuestro sistema pretende que seamos reparados íntegramente. Por ello, en representción del taj mahal y del patrimonio cultural en áfrica, vengo en solicitar la restitución de los rubíes de la cúpula del taj mahal y la indemnización de todos los perjuicios, incluido el daño moral. Señores G8: paguen sus culpas, siéntanse bien, limpien sus años de genocidio, su culpa colectiva, pero paguen hasta el último de los centavos. Ustedes no son los buenos. Ustedes la han jodido, y deben pagar por ello. Son las 3:24 de la madrugada y vuelven a mi cabeza esas caras de las londinenses que, a punto de sacarse sus poleras para mostrar sus pechos, me hacían pensar en lo lindo de estar en esos conciertos. Escuchando pink floyd y conversando con alguna escandinava de intercambio en londres. Amigos, esto no es caridad ni ayuda social: es justicia.